lunes, 11 de noviembre de 2013


HOMENAJE A FEDERICO FELLINI. 20 AÑOS SIN FELLINI

                                                      "Trasformare la sofferenza in gioia, la sconfitta in vittoria. Ciò che è arte, un miracolo." Federico Fellini

Director y guionista italiano. Nació en Rimini, Italia, el 20 de enero de 1920. Fue hijo de Urbano Fellini e Ida Barbiani, prósperos comerciantes. Estudió en una escuela católica ( igual que Luis Buñuel y Alfred Hitchcock)  y se graduó en estudios clásicos. Después partió a Florencia y se dedicó a vagar por su provincia. Se salió de su casa  para seguir la peregrinación de un circo ecuestre. Posteriormente trabaja  en el diseño de periódicos (giornali) y escribe cuentos cortos. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, se encargó de elaborar entrevistas, caricaturas y capítulos de novelas para diferentes diarios Cine Ilustratto, Rugantino, La Signorina Grandi Firme, Travasa, etc. Elabora las historietas de Flash Gordon provenientes de EU, que no podían llegar a su país debido al conflicto bélico. Poco después se traslada a Roma donde labora en la redacción de un semanario humorístico. Periodista y diseñador de “machotes” para los periódicos “420” y “Marco Aurelio”,  en  1939-1940, trabaja para algunos films como gag-man( es el que produce situaciones cómicas en determinada escena dramática). Su primer guión fue “Documento Z3”. Más adelante, al término de la Segunda Guerra Mundial realiza siete guiones en colaboración con Cesar Zavattini. Entre 1940 y 1944 se unió a un nuevo movimiento cultural y artístico y cinematográfico; el Neorrealismo,  que Roberto Rossellini,  Luchino Visconti, Vittorio de Sica, Alessandro Blassetti y Cesar Zavattini habían creado. Colabora con el padre de dicho movimiento, Roberto Rossellini.(El Neorrealismo en síntesis, refleja la vida cotidiana de los personajes en un mundo injusto, marginal, sus problemas económicos, morales, sentimentales,  opresivos, donde las contradicciones de clase se hacen evidentes; se filman calles, plazas, edificios, las cámaras salen al exterior para enfocar el drama urbe-sociedad desde un enfoque estético y marxista: la totalidad concreta( el hecho social influye de modo determinante en el individuo); para reflejar los ambientes (que determinan al Ser social), los conflictos emocionales, sentimentales. Debido a que no había presupuesto para filmar en sets cinematográficos, el neorrealismo produce películas con una sobria economía de medios y emplea actores no profesionales hacer más auténtico y genuino el drama relatado: el dolor, la muerte, la injusticia, el amor; es la lucha del ser humano, el instinto por sobrevivir en un ambiente hostil, o sea el mundo capitalista. El Neorrealismo se inicia con “Roma Ciudad Abierta” (1944). En sus inicios Fellini( 1945-1948), aprende la técnica fílmica, como guionista y asistente de director, y asimila los temas, los géneros y sus enfoques micro-históricos(el desempleo, las pasiones, la desesperanza, la ilusión como redención humana). Empero, Federico Fellini dentro de la tradición neorrealista realiza una ruptura estética-metafísica, y le da una vuelta de tuerca hacia el terreno de los sueños, la locura, la imaginación y la fantasía. Fellini no se conforma con capturar la Verdad y expresarla, el no desdice esta voluntad de testimonio, contrario sensu, la amplifica en la psicología de sus personajes; nos revela sus instintos, sus deseos más profundos, sus ilusiones y fracasos. Al neorrealismo lo sobre-humaniza y lo transforma en algo mágico y etereo- infancia es destino- porque la memoria, el recuerdo, la vivencia  forma parte del leit motiv  de la existencia: vivir para revivir.

El Jeque Blanco (1952. Italia).Relata la historia  de Iván y Wanda una joven pareja provinciana recién casada que van a Roma a disfrutar de su luna de miel.  Wanda, fantasiosa y lúdica, tiene un enorme deseo de  conocer a su admirado actor de  fotonovela llamado “El Jeque Blanco”, pero Iván, pequeño burgués, convencional y rutinario, se niega a llevarla. La esposa intentara por todos los medios de abordar al actor Fernando  Rivoli y se llevara una terrible desilusión. En su segundo film, Fellini recrea el mundo de la mujer lleno de  sueños y fantasias, y contextualiza de modo magistral  el deseo y la realidad, en la frontera de la apariencia y lo tangible, el mito y su desengaño.

Los Inútiles (1953. Italia-Francia). Narra la historia de un grupo de amigos que viven en un pequeño pueblo de la costa romana. Son cinco compañeros que se dedican a la farsa y se mecen en proyectos ilusorios. Deambulan por la ciudad de la noche a la mañana o viceversa. Fausto, el alegre de corazón mediocre, que se casará por disciplina burguesa con la hermana menor de Moraldo, lo que no le impedirá de ninguna manera buscar buenas fortunas; Alberto, el más pueril de la banda, que ríe y llora como un bebé  gordo y caprichoso; Leopoldo, el intelectual perezoso; Ricardo, el bueno para nada; Moraldo, en fin, el único que parece habitado por una conciencia moral y que, cansado de los ensueños estériles de sus compañeros, abandonará la ciudad un día sin avisar a nadie. Evocación melancólica e irónica sobre la juventud con energía vital desperdiciada por la falta de oportunidades. Es la posguerra, y el realizador italiano compadece a estos seres arrinconados en un pueblo sin ambiciones concretas. Notas, apuntes biográficos de alusiones y  vivencias que elabora Fellini y que será una constante temática, estilística y sociológica en toda su obra.

La Calle (1954. Italia). Zampano es un salvaje gitano, un vago, aprendiz de todo, maestro de nada, que merodea en el pueblo; que en ocasiones trabaja como hombre fuerte, tragafuego, cometiendo tropelía y media. El rescata a Gelsomina, una mujer que es molestada por un grupo de pilluelos. Ambos se ponen de acuerdo y trabajan como saltimbanquis. Ella le disgusta como la trata Zampano, pero él la persigue y le ordena que siga en su compañía. Trabajan en un circo ecuestre y conocen a El Matto (el Tonto)  un acróbata, de quien Gelsomina  se enamora. Matto es asesinado. Gelsomina queda condolida por la muerte del viajero. Años después, Gelsomina muere y Zampano le llora. Fellini con gran sensibilidad nos muestra a dos de sus personajes cinematográficos más entrañables, Gelsomina, la delicada, sensible y vulnerable joven y a Zampano, un hombre rudo, impulsivo, primitivo, donde el instinto de sobrevivencia e infortunado destino lo acorrala. El realizador italiano ha considerado que es una de sus películas más representativas.

Alma Sin Conciencia (1955. Italia-Francia). Augusto, Picasso y Roberto son tres especialistas en el arte de estafar. Realizan varias extorsiones. Un día, Iris, la esposa de Picasso, descubre la verdadera identidad de su cónyuge; Augusto caminando por las calles de Roma, descubre a su hija Patricia, una muchacha universitaria con un futuro prometedor.  Este es arrestado. Ya en la cárcel conoce a un viejo gángster y planean otra estafa que le produce una mala fortuna. Finalmente Augusto muere. Extraño filme de Fellini donde se sumerge en los misterios insondables de la maldad y la condición humanas.

Las Noches de Cabiria (1957. Italia-Francia).  Cabiria es una cándida prostituta, voluntariosa, incluso agresiva, celosa de una dignidad personal que su condición vuelve perpetuamente frágil. Un hombre ha intentado ahogarla por dinero; sus colegas en la calle se burlan de ella, un comediante célebre la humilla después de hacerla contemplar la suntuosa vanidad de un lujo fabuloso. En un ambiente de histeria, peregrinos de todo tipo participan en la ceremonia católica del “Amor Divino” y Cabiria pide un milagro: cambiar de vida. ¿Es un signo? Un magnetizador de carpa le predice el porvenir idílico que ella desea. Más aún, un joven tímido la aborda y púdicamente le hace la corte. Luego de varias citas, él le propone incluso matrimonio. Cabiria, confiada, feliz, le da sus ahorros a su prometido que se revela entonces como un maquiavélico seductor. Una vez más ha sido víctima de su propia ingenuidad. En lo más profundo de su desesperación, vaga sin rumbo por el bosque nocturno. Pasa una banda de jóvenes achispados. Una muchacha le dice ¡Buona Sera! Las lágrimas de Cabiria cesan; aparece en su rostro una nueva sonrisa. Todo va a empezar de nuevo. Grandiosa cinta de Fellini donde los sentimientos, la bondad humana, la desilusión, el Amor (que nos vuelve tan inocentes) es lo que mueve al mundo. La secuencia final es una de las más memorables en la historia del cine mundial.

La Dulce Vida (1960. Italia-Francia). Marcello Rubini es un periodista que escribe para un periódico amarillista,  pero su objetivo principal es convertirse en un escritor serio y famoso. El contempla como transportan una estatua de Jesucristo, dos helicópteros, en pleno vuelo. Por siete días y noches, Marcello recorre cotidianamente los lugares frecuentados por el escándalo para alimentar los chismes de un periódico de gran tiraje. Su joven amante, celosa y posesiva, lo estimula más bien involuntariamente a llevar la sedicente vida de desenfreno que practican los decadentes de todas las metrópolis. Así,  Marcello, sucumbe dócilmente, por ejemplo, a las exigencias caprichosas de una millonaria inconsolable, en la recámara de una prostituta.  Precedido y seguido por un enjambre de fotógrafos de prensa(  los llamados “paparazzi”, ), Marcello ordena o sufre el desorden de las noches en blanco en las cuales se divierte(?) Va a recoger a una superestrella al aeropuerto, hace de guía para ella, intenta seducirla, sinceramente atraído por sus encantos abundantes, ondulantes, opulentos y…por su lánguida estupidez. Un intelectual amigo invita a Marcello a una especie de velada poética. Vive un estimulante encuentro con una muchacha dulce,vivaz y alegre, empleada de un hotel y ángel provisor. Los imperativos del reportaje amarillista conducen a Marcello hacia dos niños supuestamente curados de milagro. El periodista deambulando por la Vía Veneto, encuentra a su padre, empleado viajero. Lo lleva a un cabaret deslumbrante. Una mujer amable se hace cargo del viejo; pero el sufrirá una crisis cardiaca que lo obligará a dar marcha atrás rápidamente en su presunta “conquista”. Marcello participa en una orgía mundana orquestada por una ilustre familia de aristócratas en vías de descomposición. Sorpresa: un intelectual tranquilo y feliz se acaba de suicidar luego de haber asesinado a sus dos hijos. Nueva orgía. Marcello parece disfrutar de un placer perverso al degradarse. Se improvisa como animador de goces colectivos inéditos. Los participantes se agotan hasta la naúsea. El aire fresco del nuevo día despierta a los noctámbulos abrumados. El grupo se aproxima a la playa donde los pescadores acaban de sacar del mar un pez monstruoso, gigantesco, horrendo. Marcello, entorpecido, no entiende las palabras y los gestos de la muchacha que había conocido y que vuelve a encontrar ahí, en la playa, alegre y amigable. Considerada por la crítica especializada ( y por el público) como una de las veinte mejores películas de todos los tiempos. Esta obra maestra de Fellini recrea la”dulce vida” el Universo de Roma, Italia y refleja toda una época en todos sus ámbitos sociales y culturales.

Boccacio 70 (1962. Vittorio de Sica, Federico Fellini, Mario Monicelli, Luchino Visconti). Capitulo: Las Tentaciones del Dr. Antonio. El Doctor Antonio es un intransigente defensor de la moralidad. El sermonea a un grupo de Boy Scouts y perturba con su conducta a jóvenes parejas. Un día descubre, debajo de su ventana donde vive, un enorme anuncio publicitario y subliminal,  donde una rubia tetona y rolliza( Anita Ekberg, of course)  invita con una sonrisa a “beber”  leche. Antonio quiere cubrir el enorme póster por ofensivo y vulgar, la autoridad interviene y cubre la enorme fotografía publicitaria  con papel blanco. Entre sueños, el Doctor Antonio imagina a la voluptuosa rubia del anuncio, gigantesca, caminando por la ciudad de Roma. Debido a su delirio, Antonio es llevado en una ambulancia con rumbo al hospital. Divertido capítulo en el que Fellini prosigue su mitificación erótica en la personalidad de la actriz sueca Anita Ekberg.

8 1/2 (1963. Italia). Es la historia de una película (que quizá no se haga jamás) a través de los estados de ánimo, los sueños y las obsesiones de su director, Guido. El tiene cuarenta y seis años. Enfermo, debe recluirse en un establecimiento de baños termales; de allí le viene un ocio forzado que le permite hacer una introspección. ¿Quién es, que ha hecho de su vida, que quiere? Piensa, sueña imagina…y al mismo tiempo lleva la vida mundana de una celebridad en descanso…relativo. Su amante, su mujer, sus colaboradores y algunos personajes inoportunos llegan sin cesar a perturbar su meditación o, al contrario, a provocarla. En el curso de este examen de conciencia tan embrollado, vuelve a ver a sus padres, su infancia, los acontecimientos que lo han marcado, todo atravesado por ensueños placenteros. Al final de esta larga somnolencia, una especie de modesta reconciliación con su vida profesional y personal que lo estimula para seguir adelante…en la perspectiva de un statu quo mejorado. Fellini consigue elaborar su segunda obra maestra donde conjuga su cosmovisión del mundo: el sueño y la realidad se combinan, el arte de la ilusión fílmica, el drama con la comedia; el cine por el cine, desde el cine, en el cine. La mitificación, la soledad, el sueño, la fantasía, los placeres mundanos, los estilos de vida, la caracterología de personajes que entran y salen como fantasmas de un pasado ya ido, pero recordado. El sentido de la trascendencia y a su vez la futilidad de la vida en todos sus ámbitos.

Julieta de los Espíritus (1965. Italia-Francia). Julieta es una “dama de salón” saciada materialmente, que vive en un suntuoso pabellón, entre dos sirvientas, un marido débil y distante que ella ama ingenuamente, parientes y amigos que le hacen visitas esporádicas. Julieta es vulnerable. Su dorada infelicidad la predispone a acoger todas las solicitudes, todas las curiosidades que la inquietan. La relación de la presunta infidelidad de su marido (después confirmada) desencadena en ella todo un complejo proceso de autodefensa. Se hunde así en un universo mullido de recuerdos, de fantasmas, de deseos y de tentaciones. Se presta, tensa y perturbada, a una sesión de espiritismo; le hace una visita a un terrible maestro espiritual (gran iniciado o sombrío impostor); se aventura en el antro fabuloso de su extravagante vecina, Susy, saturado de espantosos efluvios, tan mórbidos como eróticos, vuelve a verse de niña aterrorizada por las religiosas, extendida  sobre una parrilla crematoria de fiestas parroquiales. Encuentra a un caballero enigmático que la desconcierta; se abandona, casi, al ojo aterciopelado de un efebo inquietante. Paralelamente, su vida  mundana, doméstica y familiar sigue su curso. Como  un ladrón, el marido abandonará finalmente el domicilio conyugal para irse con su amante. Julieta se siente liberada, como después de una tormenta. El realizador Fellini prosigue en la exploración sentimental y espiritual del mundo de la mujer:. Gelsomina. Cabiria y ahora Julieta. Plantea que la vida es un sueño mágico, donde las mujeres no han desarrollado todo el potencial sensible, humano como seres pensantes debido a que responden más a su naturaleza biológica, por ende, sus  recuerdos son sombras de un proceso vital que no ha concluido.

Satiricón (1969. Italia). “Leí por primera vez el Satyricón de Petronio hace mucho tiempo, en la época del liceo, con la diversión y la curiosidad golosa de los adolescentes, y el recuerdo de esta lectura siempre ha guardado en mi memoria una vivacidad singular, un interés que poco a poco se transformó en una tentación  constante y oscura. Después de todo ese tiempo leo Satyricón con una curiosidad acaso menos golosa, pero con la misma diversión de entonces y, en esta nueva lectura, la tentación de hacer una película se convirtió en una certidumbre entusiasta. El encuentro con ese mundo, con esta sociedad, fue un encuentro gozoso, que estimuló mi imaginación, hirviente de motivos, de una conmovedora actualidad. De hecho me pareció encontrar analogías desconcertantes entre la sociedad romana antes de la llegada definitiva del cristianismo, cínica, impasible, corrompida y desenfrenada, y la sociedad de hoy en día que es solamente menos genuina  en sus actitudes exteriores porque es más problemática, más confusa. Entonces como hoy, nos encontramos ante una sociedad en el apogeo de su esplendor, pero que revela los signos de una desorientación progresiva: una sociedad donde la política no es más que la sórdida rutina administrativa de un bienestar común; donde los negocios, la brutalidad de sus instrumentos, la vulgaridad de sus fines se expresan a todos los niveles; una sociedad donde todos los credos religiosos, filosóficos, ideológicos, sociales se han hundido…”(Federico Fellini, en Positif, N.111)

Los Payasos (1970. Italia-Francia). Los payasos parece un mero accidente. He aquí a Fellini constreñido a tratar un tema impuesto, a realizar un documental. Aquí, no se trataba para él de liberar su imaginación y de jugar ilimitadamente con las visiones que surgen de sus fantasmas. Los payasos resulta surgida, pues de limitaciones muy precisas. Pero, justamente, ligada a obligaciones de principio que respeta y pulveriza a la vez; Los payasos se afirma como una de las grandes películas de este director; una de esas películas donde el cineasta, con un cuidado, una rara desenvoltura; a veces, y una total libertad de lenguaje, se concreta a ejercer una atención sostenida ante un material único, y encuentra entonces ocasión de confiar en sí mismo. De liberarse totalmente sobre la pantalla. Dicho de otro modo, con Los Payasos, esta obra circunstancial, Fellini encuentra algo así como un soporte coherente y sólido a partir del cual se expresa con toda franqueza.

Fellini Roma (1972.  Italia-Francia.) Viaje a través de la memoria significa para Fellini en primer lugar una referencia a la infancia y a las confusas aspiraciones que la caracterizaba. Roma, por lo tanto, primero es descrita como una lejana ilusión, transfigurada y manipulada por los cuentos de los adultos: la solemne capital del fascismo magni-elocuente y desmesurada según la retórica del tiempo. Muy distinta será la Roma (que realmente se vivió en 1939) en la cual el protagonista de la película se encuentra frente a frente con la pequeña burguesía, las prostitutas y los imnumerables personajes del barrio popular en donde habita. Pero el contraste más elocuente es aquel con la Roma de los años setenta, ejemplificada por Fellini en la célebre escena del embotellamiento, que surge como símbolo de la congestión, de la impotencia y de las dificultades para vivir en el ambiente romano. También la exploración más inesperada y subreal es aquella en el centro de la ciudad, en donde se llevan a cabo las excavaciones del metro subterráneo que rozan vestigios del pasado.

Amarcord (1973. Italia-Francia). Amarcord, fusión ortográfica del dialecto romañolo “a márcord”(me acuerdo)no es solamente el título del filme, sino también la interpolación poética del director Federico Fellini. Ese background autobiográfico-de su niñez y adolescencia en Rimini, que no ha dejado de presentar en casi todas sus obras, de “Los Vagos” a “La Dulce Vida”, de “Ocho y Medio” a “Los Payasos” y “Roma”. Se halla reunido aquí como fin en sí mismo y no como marco o infiltración, sino como estructura misma del filme: un álbum, y en cierto sentido una libreta de apuntes, de recuerdos domésticos y cívicos de los “Anos Treinta” durante el fascismo, en el que Rimini se convierte metafísicamente en “la aldea”(reconstruida en Cinecitá) y donde el “yo” felliniano que todo lo invade,  se reconoce  más fácilmente en la figura del muchacho “Titta” y en la de un lugareño erudito cuyas lecciones son recibidas casi siempre con sonoras trompetillas. Fellini ha evocado magistralmente un universo de fantasmas que sacó de los bolsillos del tiempo, sin alegría ni ferocidad en una operación mental  finalmente elegiaca.       Fellini ha descrito un epos provinciano que no llega a degenerar en el descaro o patetismo. Habiendo llegado a la cumbre de su arte, Fellini aprendió a detenerse a tiempo, sirviéndose de un montaje severo e implacable.

El Casanova de Fellini (1976.  Italia).  “En primer lugar, no pienso en absoluto que el libro de Casanova constituya un testimonio del siglo XVIII,  y en todo caso eso no es ciertamente lo que me llevo a establecer una relación con este personaje. El siglo XVIII no es más que el decorado, el telón de fondo de su historia.  Y los decorados de mi película no tienen más que un valor psicológico. No quise hacer una reconstrucción ni retomar la pintura de los retratistas y paisajistas de ese siglo. Si evidentemente, los tuve en cuenta, pero más bien para evitar caer en sus clichés. Sea lo que fuere. Casanova no es representativo de su siglo. Si hubiera vivido un siglo más tarde, o un siglo antes, su historia no se hubiera modificado por eso. Siempre hubiera recordado las fantasmagorías de un caleidoscopio, geometrías multicolores fascinantes, incluso suntuosas, que se componen y se descomponen perpetuamente, No hay ninguna significación en ello, o si la tiene, es inasible. Basta sacudir suavemente el juguete que tiene uno en la mano, y la imagen que se está observando desaparece para dejar el lugar a otra que nos parece totalmente diferente, pero que, en efecto, está compuesta por las mismas piedrecillas de colores que la anterior.”( Federico Fellini, Positif. N. 191)

Ensayo de Orquesta (1978. Italia-Alemania Federal). La esperanza ha desaparecido en Ensayo de Orquesta. Asistimos a la muerte de la música, al choque entre dos frentes-el de los ejecutantes y del director-ambos constituidos por perdedores losers, según los norteamericanos. Además el motivo de la contienda no son las notas de un Bach o de un Beethoven, lo cual justificaría perfectamente la disputa, sino una desaliñada partitura compuesta intencionalmente y con habilidad por Nino Rota (puesto que se requiere habilidad para componer también música horrible). Detrás de “Ensayo de Orquesta”, en fin, se trasluce no solamente “La Dulce Vida”, sino también la lúgubre visión del mundo expresado en “Casanova”.

La Ciudad de las Mujeres (1980.  Italia-Francia).  Es un catálogo de emociones, ora grotesco, ora lunar, mediante el cual nos acercamos s la realidad con pinchazos dolorosos contra el daño sufrido por las mujeres a causa del feminismo agresivo, tratado con toda la ironía de Fellini que-pasando por alto toda la frivolidad de su parloteo-nos da la clave para conocer nuestro tiempo. Fellini es áspero cuando renuncia a su galería de monstruos; cuando la ambigüedad de ciertos personajes engendra la gracia y la malicia (pensamos sobre todo en la actriz interpretada por la deliciosa Donatella Damiani) cuando Fellini en lo musical y-siempre-cuando la paradoja adquiere tintes surrealistas como sucede en la fiesta bajo el huracán de Katzone, desesperado porque le mataron a su perro más querido.

Y la Nave Va (1983. Italia.) Y La Nave Va es un acto de fe en el cine por lo que es en sí mismo. No significa otra cosa la emocionante secuencia última, cuando el director se identifica con el personaje guía del periodista Orlando y lo coloca detrás de la cámara, en un estudio que revela el lugar y el modo de la maravilla tecnológica. El autor siente que su arte ha llegado a su fin de un ciclo propio. Como lo es el melodrama para los personajes del filme, pero reafirmando su valor, la dificultad  y la magia. Cualquiera que conozca más o menos a Fellini sabe que el mar, como el amor, es la placenta materna que tiende a reabsorber historias y personajes.

Ginger y Fred (1986. Italia). Se comprende que, si el primer blanco de Fellini (y de Tonino Guerra, con quien escribió el guion, en el que también participo Tullio Pinelli), era la demencia y la irresponsabilidad moral de ese tipo de TV, el segundo es la nostalgia encarnada en Pippo y Amelia, que añoran su propia juventud y un mundo cancelado por la vulgaridad de  nuestros tiempos, aunque ya desde entonces nutrido de ficciones.  La diferencia estriba en la dosis de veneno y de piedad que moja los dardos de Fellini y en la tensión del arco que las dispara. El éxito consiste en el punto de fusión que estos elementos hayan alcanzado. Existe tal equilibrio en Ginger y Fred que puede decirse que es un filmógrafo, aun sin tener el aliento de la Y la Nave Va; pero Fellini lo hace vibrar solamente al final, cuando la ironía, abriéndose paso poco a poco, sobrepasa ampliamente el sarcasmo y la caricatura le cede el lugar a la tristeza de una sonrisa que tiene un explícito contra-campo autobiográfico.

Entrevista (1987. Italia). Un grupo de reporteros nipones entrevistan al gran realizador italiano Federico Fellini, en los foros cinematográficos denominados Cinecitta. Fellini se explaya como nunca y comienza a rememorar, hechos, personajes y situaciones reales y fantásticas. El cineasta se convierte en motivo, razón y circunstancia de su entorno personal y fílmico, un micro-universo poblado de anécdotas, seres reales, imaginarios, donde el mito, el sueño y la recreación de su memoria creativa se sincretizan en un todo vital y lúdico. Aparece la actriz Anita Ekberg ya señora de edad, confrontándose con la imagen de su película más famosa, “La Dulce Vida”.

La Voz de la Luna ( 1990.  Italia-Francia). En su última película. Federico Fellini aborda la historia de un sujeto que sale de un hospital psiquiátrico, pero afectado todavía de sus sentidos. Al unísono, un funcionario pierde la razón al pensar que la realidad que le rodea es falaz y engañosa. Ambos individuos, afectados por las energías lunares, comienzan a relacionarse con otros seres, semejantes a ellos. Fellini se muestra escéptico, amargado y sarcástico, pero todavía con una fuerza visual y estética que nunca lo abandonó.

Federico Fellini murió el 31 de octubre de 1993, a la edad de 73 años, en Roma, Italia. Esta considerado uno de los grandes genios de la cinematografía mundial.

 

                                                                                        Víctor Manuel Romero Cervantes
                                                                                              DOCUMENTACION
 

 

 

 

 

 

 

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