HOMENAJE A FEDERICO FELLINI. 20 AÑOS SIN FELLINI
"Trasformare la sofferenza in gioia, la sconfitta in vittoria. Ciò
che è arte, un miracolo." Federico Fellini
Director y guionista italiano.
Nació en Rimini, Italia, el 20 de enero de 1920. Fue hijo de Urbano Fellini e
Ida Barbiani, prósperos comerciantes. Estudió en una escuela católica ( igual
que Luis Buñuel y Alfred Hitchcock) y se graduó en estudios clásicos. Después partió
a Florencia y se dedicó a vagar por su provincia. Se salió de su casa para seguir la peregrinación de un circo ecuestre.
Posteriormente trabaja en el diseño de
periódicos (giornali) y escribe cuentos cortos. Al inicio de la Segunda Guerra
Mundial, se encargó de elaborar entrevistas, caricaturas y capítulos de novelas
para diferentes diarios Cine Ilustratto,
Rugantino, La Signorina Grandi Firme, Travasa,
etc. Elabora las historietas de Flash
Gordon provenientes de EU, que no podían llegar a su país debido al
conflicto bélico. Poco después se traslada a Roma donde labora en la redacción
de un semanario humorístico. Periodista y diseñador de “machotes” para los
periódicos “420” y “Marco Aurelio”, en 1939-1940, trabaja para algunos films como
gag-man( es el que produce situaciones cómicas en determinada escena
dramática). Su primer guión fue “Documento Z3”. Más adelante, al término de la
Segunda Guerra Mundial realiza siete guiones en colaboración con Cesar
Zavattini. Entre 1940 y 1944 se unió a un nuevo movimiento cultural y artístico
y cinematográfico; el Neorrealismo, que Roberto Rossellini, Luchino Visconti, Vittorio de Sica, Alessandro
Blassetti y Cesar Zavattini habían creado. Colabora con el padre de dicho
movimiento, Roberto Rossellini.(El
Neorrealismo en síntesis, refleja la vida cotidiana de los personajes en un
mundo injusto, marginal, sus problemas económicos, morales, sentimentales, opresivos, donde las contradicciones de clase
se hacen evidentes; se filman calles, plazas, edificios, las cámaras salen al
exterior para enfocar el drama urbe-sociedad desde un enfoque estético y marxista:
la totalidad concreta( el hecho social influye de modo determinante en el
individuo); para reflejar los ambientes (que determinan al Ser social), los
conflictos emocionales, sentimentales. Debido a que no había presupuesto para
filmar en sets cinematográficos, el neorrealismo produce películas con una
sobria economía de medios y emplea actores no profesionales hacer más auténtico
y genuino el drama relatado: el dolor, la muerte, la injusticia, el amor; es la
lucha del ser humano, el instinto por sobrevivir en un ambiente hostil, o sea
el mundo capitalista. El Neorrealismo se inicia con “Roma Ciudad Abierta” (1944). En sus inicios Fellini( 1945-1948), aprende la técnica fílmica, como
guionista y asistente de director, y asimila los temas, los géneros y sus
enfoques micro-históricos(el desempleo, las pasiones, la desesperanza, la
ilusión como redención humana). Empero, Federico Fellini dentro de la tradición
neorrealista realiza una ruptura estética-metafísica, y le da una vuelta de
tuerca hacia el terreno de los sueños, la locura, la imaginación y la fantasía.
Fellini no se conforma con capturar la Verdad y expresarla, el no desdice esta
voluntad de testimonio, contrario sensu,
la amplifica en la psicología de sus personajes; nos revela sus instintos, sus
deseos más profundos, sus ilusiones y fracasos. Al neorrealismo lo sobre-humaniza
y lo transforma en algo mágico y etereo- infancia es destino- porque la
memoria, el recuerdo, la vivencia forma
parte del leit motiv de la existencia:
vivir para revivir.
El Jeque Blanco (1952. Italia).Relata la historia de Iván y Wanda una joven pareja provinciana
recién casada que van a Roma a disfrutar de su luna de miel. Wanda, fantasiosa y lúdica, tiene un enorme
deseo de conocer a su admirado actor de fotonovela llamado “El Jeque Blanco”, pero Iván,
pequeño burgués, convencional y rutinario, se niega a llevarla. La esposa
intentara por todos los medios de abordar al actor Fernando Rivoli y se llevara una terrible desilusión.
En su segundo film, Fellini recrea el mundo de la mujer lleno de sueños y fantasias, y contextualiza de modo
magistral el deseo y la realidad, en la
frontera de la apariencia y lo tangible, el mito y su desengaño.
Los Inútiles (1953. Italia-Francia). Narra la historia
de un grupo de amigos que viven en un pequeño pueblo de la costa romana. Son
cinco compañeros que se dedican a la farsa y se mecen en proyectos ilusorios.
Deambulan por la ciudad de la noche a la mañana o viceversa. Fausto, el alegre
de corazón mediocre, que se casará por disciplina burguesa con la hermana menor
de Moraldo, lo que no le impedirá de ninguna manera buscar buenas fortunas;
Alberto, el más pueril de la banda, que ríe y llora como un bebé gordo y caprichoso; Leopoldo, el intelectual
perezoso; Ricardo, el bueno para nada; Moraldo, en fin, el único que parece
habitado por una conciencia moral y que, cansado de los ensueños estériles de
sus compañeros, abandonará la ciudad un día sin avisar a nadie. Evocación
melancólica e irónica sobre la juventud con energía vital desperdiciada por la
falta de oportunidades. Es la posguerra, y el realizador italiano compadece a
estos seres arrinconados en un pueblo sin ambiciones concretas. Notas, apuntes
biográficos de alusiones y vivencias que
elabora Fellini y que será una constante temática, estilística y sociológica en
toda su obra.
La Calle (1954. Italia). Zampano es un salvaje gitano,
un vago, aprendiz de todo, maestro de nada, que merodea en el pueblo; que en
ocasiones trabaja como hombre fuerte, tragafuego, cometiendo tropelía y media.
El rescata a Gelsomina, una mujer que es molestada por un grupo de pilluelos.
Ambos se ponen de acuerdo y trabajan como saltimbanquis. Ella le disgusta como
la trata Zampano, pero él la persigue y le ordena que siga en su compañía.
Trabajan en un circo ecuestre y conocen a El Matto (el Tonto) un acróbata, de quien Gelsomina se enamora. Matto es asesinado. Gelsomina
queda condolida por la muerte del viajero. Años después, Gelsomina muere y
Zampano le llora. Fellini con gran sensibilidad nos muestra a dos de sus
personajes cinematográficos más entrañables, Gelsomina, la delicada, sensible y
vulnerable joven y a Zampano, un hombre rudo, impulsivo, primitivo, donde el
instinto de sobrevivencia e infortunado destino lo acorrala. El realizador
italiano ha considerado que es una de sus películas más representativas.
Alma Sin Conciencia (1955. Italia-Francia). Augusto, Picasso
y Roberto son tres especialistas en el arte de estafar. Realizan varias
extorsiones. Un día, Iris, la esposa de Picasso, descubre la verdadera
identidad de su cónyuge; Augusto caminando por las calles de Roma, descubre a
su hija Patricia, una muchacha universitaria con un futuro prometedor. Este es arrestado. Ya en la cárcel conoce a
un viejo gángster y planean otra estafa que le produce una mala fortuna.
Finalmente Augusto muere. Extraño filme de Fellini donde se sumerge en los
misterios insondables de la maldad y la condición humanas.
Las Noches de Cabiria (1957. Italia-Francia). Cabiria es una cándida prostituta,
voluntariosa, incluso agresiva, celosa de una dignidad personal que su
condición vuelve perpetuamente frágil. Un hombre ha intentado ahogarla por
dinero; sus colegas en la calle se burlan de ella, un comediante célebre la
humilla después de hacerla contemplar la suntuosa vanidad de un lujo fabuloso.
En un ambiente de histeria, peregrinos de todo tipo participan en la ceremonia
católica del “Amor Divino” y Cabiria pide un milagro: cambiar de vida. ¿Es un
signo? Un magnetizador de carpa le predice el porvenir idílico que ella desea.
Más aún, un joven tímido la aborda y púdicamente le hace la corte. Luego de
varias citas, él le propone incluso matrimonio. Cabiria, confiada, feliz, le da
sus ahorros a su prometido que se revela entonces como un maquiavélico
seductor. Una vez más ha sido víctima de su propia ingenuidad. En lo más
profundo de su desesperación, vaga sin rumbo por el bosque nocturno. Pasa una
banda de jóvenes achispados. Una muchacha le dice ¡Buona Sera! Las lágrimas de
Cabiria cesan; aparece en su rostro una nueva sonrisa. Todo va a empezar de
nuevo. Grandiosa cinta de Fellini donde los sentimientos, la bondad humana, la
desilusión, el Amor (que nos vuelve tan inocentes) es lo que mueve al mundo. La
secuencia final es una de las más memorables en la historia del cine mundial.
La Dulce Vida (1960. Italia-Francia). Marcello Rubini
es un periodista que escribe para un periódico amarillista, pero su objetivo principal es convertirse en
un escritor serio y famoso. El contempla como transportan una estatua de
Jesucristo, dos helicópteros, en pleno vuelo. Por siete días y noches, Marcello
recorre cotidianamente los lugares frecuentados por el escándalo para alimentar
los chismes de un periódico de gran tiraje. Su joven amante, celosa y posesiva,
lo estimula más bien involuntariamente a llevar la sedicente vida de desenfreno
que practican los decadentes de todas las metrópolis. Así, Marcello, sucumbe dócilmente, por ejemplo, a
las exigencias caprichosas de una millonaria inconsolable, en la recámara de
una prostituta. Precedido y seguido por
un enjambre de fotógrafos de prensa( los
llamados “paparazzi”, ), Marcello ordena o sufre el desorden de las noches en
blanco en las cuales se divierte(?) Va a recoger a una superestrella al
aeropuerto, hace de guía para ella, intenta seducirla, sinceramente atraído por
sus encantos abundantes, ondulantes, opulentos y…por su lánguida estupidez. Un
intelectual amigo invita a Marcello a una especie de velada poética. Vive un
estimulante encuentro con una muchacha dulce,vivaz y alegre, empleada de un
hotel y ángel provisor. Los imperativos del reportaje amarillista conducen a
Marcello hacia dos niños supuestamente curados de milagro. El periodista
deambulando por la Vía Veneto, encuentra a su padre, empleado viajero. Lo lleva
a un cabaret deslumbrante. Una mujer amable se hace cargo del viejo; pero el
sufrirá una crisis cardiaca que lo obligará a dar marcha atrás rápidamente en
su presunta “conquista”. Marcello participa en una orgía mundana orquestada por
una ilustre familia de aristócratas en vías de descomposición. Sorpresa: un
intelectual tranquilo y feliz se acaba de suicidar luego de haber asesinado a
sus dos hijos. Nueva orgía. Marcello parece disfrutar de un placer perverso al
degradarse. Se improvisa como animador de goces colectivos inéditos. Los
participantes se agotan hasta la naúsea. El aire fresco del nuevo día despierta
a los noctámbulos abrumados. El grupo se aproxima a la playa donde los
pescadores acaban de sacar del mar un pez monstruoso, gigantesco, horrendo.
Marcello, entorpecido, no entiende las palabras y los gestos de la muchacha que
había conocido y que vuelve a encontrar ahí, en la playa, alegre y amigable.
Considerada por la crítica especializada ( y por el público) como una de las
veinte mejores películas de todos los tiempos. Esta obra maestra de Fellini
recrea la”dulce vida” el Universo de Roma, Italia y refleja toda una época en
todos sus ámbitos sociales y culturales.
Boccacio 70 (1962. Vittorio de Sica, Federico
Fellini, Mario Monicelli, Luchino Visconti). Capitulo: Las Tentaciones del Dr.
Antonio. El Doctor Antonio es un intransigente defensor de la moralidad. El
sermonea a un grupo de Boy Scouts y perturba con su conducta a jóvenes parejas.
Un día descubre, debajo de su ventana donde vive, un enorme anuncio
publicitario y subliminal, donde una
rubia tetona y rolliza( Anita Ekberg, of course) invita con una sonrisa a “beber” leche. Antonio quiere cubrir el enorme póster
por ofensivo y vulgar, la autoridad interviene y cubre la enorme fotografía
publicitaria con papel blanco. Entre
sueños, el Doctor Antonio imagina a la voluptuosa rubia del anuncio, gigantesca,
caminando por la ciudad de Roma. Debido a su delirio, Antonio es llevado en una
ambulancia con rumbo al hospital. Divertido capítulo en el que Fellini prosigue
su mitificación erótica en la personalidad de la actriz sueca Anita Ekberg.
8 1/2 (1963. Italia). Es la historia de una película (que quizá no se haga jamás) a través de los estados de ánimo, los sueños y las
obsesiones de su director, Guido. El tiene cuarenta y seis años. Enfermo, debe
recluirse en un establecimiento de baños termales; de allí le viene un ocio
forzado que le permite hacer una introspección. ¿Quién es, que ha hecho de su
vida, que quiere? Piensa, sueña imagina…y al mismo tiempo lleva la vida mundana
de una celebridad en descanso…relativo. Su amante, su mujer, sus colaboradores
y algunos personajes inoportunos llegan sin cesar a perturbar su meditación o,
al contrario, a provocarla. En el curso de este examen de conciencia tan
embrollado, vuelve a ver a sus padres, su infancia, los acontecimientos que lo
han marcado, todo atravesado por ensueños placenteros. Al final de esta larga
somnolencia, una especie de modesta reconciliación con su vida profesional y
personal que lo estimula para seguir adelante…en la perspectiva de un statu quo
mejorado. Fellini consigue elaborar su segunda obra maestra donde conjuga su
cosmovisión del mundo: el sueño y la realidad se combinan, el arte de la
ilusión fílmica, el drama con la comedia; el cine por el cine, desde el cine,
en el cine. La mitificación, la soledad, el sueño, la fantasía, los placeres
mundanos, los estilos de vida, la caracterología de personajes que entran y
salen como fantasmas de un pasado ya ido, pero recordado. El sentido de la
trascendencia y a su vez la futilidad de la vida en todos sus ámbitos.
Julieta de los Espíritus (1965. Italia-Francia). Julieta es una
“dama de salón” saciada materialmente, que vive en un suntuoso pabellón, entre
dos sirvientas, un marido débil y distante que ella ama ingenuamente, parientes
y amigos que le hacen visitas esporádicas. Julieta es vulnerable. Su dorada
infelicidad la predispone a acoger todas las solicitudes, todas las
curiosidades que la inquietan. La relación de la presunta infidelidad de su
marido (después confirmada) desencadena en ella todo un complejo proceso de
autodefensa. Se hunde así en un universo mullido de recuerdos, de fantasmas, de
deseos y de tentaciones. Se presta, tensa y perturbada, a una sesión de espiritismo;
le hace una visita a un terrible maestro espiritual (gran iniciado o sombrío
impostor); se aventura en el antro fabuloso de su extravagante vecina, Susy,
saturado de espantosos efluvios, tan mórbidos como eróticos, vuelve a verse de
niña aterrorizada por las religiosas, extendida
sobre una parrilla crematoria de fiestas parroquiales. Encuentra a un
caballero enigmático que la desconcierta; se abandona, casi, al ojo
aterciopelado de un efebo inquietante. Paralelamente, su vida mundana, doméstica y familiar sigue su curso.
Como un ladrón, el marido abandonará
finalmente el domicilio conyugal para irse con su amante. Julieta se siente
liberada, como después de una tormenta. El realizador Fellini prosigue en la
exploración sentimental y espiritual del mundo de la mujer:. Gelsomina. Cabiria
y ahora Julieta. Plantea que la vida es un sueño mágico, donde las mujeres no
han desarrollado todo el potencial sensible, humano como seres pensantes debido
a que responden más a su naturaleza biológica, por ende, sus recuerdos son sombras de un proceso vital que
no ha concluido.
Satiricón (1969. Italia). “Leí por primera vez el
Satyricón de Petronio hace mucho tiempo, en la época del liceo, con la
diversión y la curiosidad golosa de los adolescentes, y el recuerdo de esta
lectura siempre ha guardado en mi memoria una vivacidad singular, un interés
que poco a poco se transformó en una tentación
constante y oscura. Después de todo ese tiempo leo Satyricón con una
curiosidad acaso menos golosa, pero con la misma diversión de entonces y, en
esta nueva lectura, la tentación de hacer una película se convirtió en una
certidumbre entusiasta. El encuentro con ese mundo, con esta sociedad, fue un
encuentro gozoso, que estimuló mi imaginación, hirviente de motivos, de una
conmovedora actualidad. De hecho me pareció encontrar analogías desconcertantes
entre la sociedad romana antes de la llegada definitiva del cristianismo, cínica,
impasible, corrompida y desenfrenada, y la sociedad de hoy en día que es
solamente menos genuina en sus actitudes
exteriores porque es más problemática, más confusa. Entonces como hoy, nos
encontramos ante una sociedad en el apogeo de su esplendor, pero que revela los
signos de una desorientación progresiva: una sociedad donde la política no es más
que la sórdida rutina administrativa de un bienestar común; donde los negocios,
la brutalidad de sus instrumentos, la vulgaridad de sus fines se expresan a
todos los niveles; una sociedad donde todos los credos religiosos, filosóficos,
ideológicos, sociales se han hundido…”(Federico Fellini, en Positif, N.111)
Los Payasos (1970. Italia-Francia). Los payasos
parece un mero accidente. He aquí a Fellini constreñido a tratar un tema
impuesto, a realizar un documental. Aquí, no se trataba para él de liberar su
imaginación y de jugar ilimitadamente con las visiones que surgen de sus
fantasmas. Los payasos resulta surgida, pues de limitaciones muy precisas.
Pero, justamente, ligada a obligaciones de principio que respeta y pulveriza a
la vez; Los payasos se afirma como una de las grandes películas de este
director; una de esas películas donde el cineasta, con un cuidado, una rara
desenvoltura; a veces, y una total libertad de lenguaje, se concreta a ejercer
una atención sostenida ante un material único, y encuentra entonces ocasión de
confiar en sí mismo. De liberarse totalmente sobre la pantalla. Dicho de otro
modo, con Los Payasos, esta obra circunstancial, Fellini encuentra algo así
como un soporte coherente y sólido a partir del cual se expresa con toda
franqueza.
Fellini Roma (1972.
Italia-Francia.) Viaje a través de la memoria significa para Fellini en
primer lugar una referencia a la infancia y a las confusas aspiraciones que la
caracterizaba. Roma, por lo tanto, primero es descrita como una lejana ilusión,
transfigurada y manipulada por los cuentos de los adultos: la solemne capital
del fascismo magni-elocuente y desmesurada según la retórica del tiempo. Muy
distinta será la Roma (que realmente se vivió en 1939) en la cual el
protagonista de la película se encuentra frente a frente con la pequeña
burguesía, las prostitutas y los imnumerables personajes del barrio popular en
donde habita. Pero el contraste más elocuente es aquel con la Roma de los años
setenta, ejemplificada por Fellini en la célebre escena del embotellamiento,
que surge como símbolo de la congestión, de la impotencia y de las dificultades
para vivir en el ambiente romano. También la exploración más inesperada y
subreal es aquella en el centro de la ciudad, en donde se llevan a cabo las excavaciones
del metro subterráneo que rozan vestigios del pasado.
Amarcord (1973. Italia-Francia). Amarcord, fusión
ortográfica del dialecto romañolo “a márcord”(me acuerdo)no es solamente el título
del filme, sino también la interpolación poética del director Federico Fellini.
Ese background autobiográfico-de su niñez y adolescencia en Rimini, que no ha
dejado de presentar en casi todas sus obras, de “Los Vagos” a “La Dulce Vida”,
de “Ocho y Medio” a “Los Payasos” y “Roma”. Se halla reunido aquí como fin en sí
mismo y no como marco o infiltración, sino como estructura misma del filme: un
álbum, y en cierto sentido una libreta de apuntes, de recuerdos domésticos y
cívicos de los “Anos Treinta” durante el fascismo, en el que Rimini se
convierte metafísicamente en “la aldea”(reconstruida en Cinecitá) y donde el “yo”
felliniano que todo lo invade, se
reconoce más fácilmente en la figura del
muchacho “Titta” y en la de un lugareño erudito cuyas lecciones son recibidas casi
siempre con sonoras trompetillas. Fellini ha evocado magistralmente un universo
de fantasmas que sacó de los bolsillos del tiempo, sin alegría ni ferocidad en
una operación mental finalmente
elegiaca. Fellini ha descrito un
epos provinciano que no llega a degenerar en el descaro o patetismo. Habiendo
llegado a la cumbre de su arte, Fellini aprendió a detenerse a tiempo,
sirviéndose de un montaje severo e implacable.
El Casanova de Fellini (1976.
Italia). “En primer lugar, no
pienso en absoluto que el libro de Casanova constituya un testimonio del siglo
XVIII, y en todo caso eso no es
ciertamente lo que me llevo a establecer una relación con este personaje. El
siglo XVIII no es más que el decorado, el telón de fondo de su historia. Y los decorados de mi película no tienen más que
un valor psicológico. No quise hacer una reconstrucción ni retomar la pintura
de los retratistas y paisajistas de ese siglo. Si evidentemente, los tuve en
cuenta, pero más bien para evitar caer en sus clichés. Sea lo que fuere.
Casanova no es representativo de su siglo. Si hubiera vivido un siglo más
tarde, o un siglo antes, su historia no se hubiera modificado por eso. Siempre
hubiera recordado las fantasmagorías de un caleidoscopio, geometrías
multicolores fascinantes, incluso suntuosas, que se componen y se descomponen
perpetuamente, No hay ninguna significación en ello, o si la tiene, es
inasible. Basta sacudir suavemente el juguete que tiene uno en la mano, y la
imagen que se está observando desaparece para dejar el lugar a otra que nos
parece totalmente diferente, pero que, en efecto, está compuesta por las mismas
piedrecillas de colores que la anterior.”( Federico Fellini, Positif. N. 191)
Ensayo de Orquesta (1978. Italia-Alemania Federal). La
esperanza ha desaparecido en Ensayo de Orquesta. Asistimos a la muerte de la
música, al choque entre dos frentes-el de los ejecutantes y del director-ambos
constituidos por perdedores losers,
según los norteamericanos. Además el motivo de la contienda no son las notas de
un Bach o de un Beethoven, lo cual justificaría perfectamente la disputa, sino
una desaliñada partitura compuesta intencionalmente y con habilidad por Nino Rota
(puesto que se requiere habilidad para componer también música horrible). Detrás
de “Ensayo de Orquesta”, en fin, se trasluce no solamente “La Dulce Vida”, sino
también la lúgubre visión del mundo expresado en “Casanova”.
La Ciudad de las Mujeres (1980.
Italia-Francia). Es un catálogo
de emociones, ora grotesco, ora lunar, mediante el cual nos acercamos s la
realidad con pinchazos dolorosos contra el daño sufrido por las mujeres a causa
del feminismo agresivo, tratado con toda la ironía de Fellini que-pasando por
alto toda la frivolidad de su parloteo-nos da la clave para conocer nuestro tiempo.
Fellini es áspero cuando renuncia a su galería de monstruos; cuando la
ambigüedad de ciertos personajes engendra la gracia y la malicia (pensamos
sobre todo en la actriz interpretada por la deliciosa Donatella Damiani) cuando
Fellini en lo musical y-siempre-cuando la paradoja adquiere tintes surrealistas
como sucede en la fiesta bajo el huracán de Katzone, desesperado porque le
mataron a su perro más querido.
Y la Nave Va (1983. Italia.) Y La Nave Va es un acto
de fe en el cine por lo que es en sí mismo. No significa otra cosa la
emocionante secuencia última, cuando el director se identifica con el personaje
guía del periodista Orlando y lo coloca detrás de la cámara, en un estudio que
revela el lugar y el modo de la maravilla tecnológica. El autor siente que su
arte ha llegado a su fin de un ciclo propio. Como lo es el melodrama para los
personajes del filme, pero reafirmando su valor, la dificultad y la magia. Cualquiera que conozca más o
menos a Fellini sabe que el mar, como el amor, es la placenta materna que
tiende a reabsorber historias y personajes.
Ginger y Fred (1986. Italia). Se comprende que, si el
primer blanco de Fellini (y de Tonino Guerra, con quien escribió el guion, en
el que también participo Tullio Pinelli), era la demencia y la
irresponsabilidad moral de ese tipo de TV, el segundo es la nostalgia encarnada
en Pippo y Amelia, que añoran su propia juventud y un mundo cancelado por la
vulgaridad de nuestros tiempos, aunque
ya desde entonces nutrido de ficciones.
La diferencia estriba en la dosis de veneno y de piedad que moja los
dardos de Fellini y en la tensión del arco que las dispara. El éxito consiste
en el punto de fusión que estos elementos hayan alcanzado. Existe tal
equilibrio en Ginger y Fred que puede decirse que es un filmógrafo, aun sin
tener el aliento de la Y la Nave Va; pero Fellini lo hace vibrar solamente al
final, cuando la ironía, abriéndose paso poco a poco, sobrepasa ampliamente el
sarcasmo y la caricatura le cede el lugar a la tristeza de una sonrisa que
tiene un explícito contra-campo autobiográfico.
Entrevista (1987. Italia). Un grupo de reporteros
nipones entrevistan al gran realizador italiano Federico Fellini, en los foros
cinematográficos denominados Cinecitta. Fellini se explaya como nunca y comienza
a rememorar, hechos, personajes y situaciones reales y fantásticas. El cineasta
se convierte en motivo, razón y circunstancia de su entorno personal y fílmico,
un micro-universo poblado de anécdotas, seres reales, imaginarios, donde el
mito, el sueño y la recreación de su memoria creativa se sincretizan en un todo
vital y lúdico. Aparece la actriz Anita Ekberg ya señora de edad,
confrontándose con la imagen de su película más famosa, “La Dulce Vida”.
La Voz de la Luna ( 1990. Italia-Francia). En su última película. Federico
Fellini aborda la historia de un sujeto que sale de un hospital psiquiátrico,
pero afectado todavía de sus sentidos. Al unísono, un funcionario pierde la
razón al pensar que la realidad que le rodea es falaz y engañosa. Ambos individuos,
afectados por las energías lunares, comienzan a relacionarse con otros seres,
semejantes a ellos. Fellini se muestra escéptico, amargado y sarcástico, pero
todavía con una fuerza visual y estética que nunca lo abandonó.
Federico Fellini murió el 31 de octubre de 1993, a la edad
de 73 años, en Roma, Italia. Esta considerado uno de los grandes genios de la
cinematografía mundial.
Víctor Manuel Romero Cervantes
DOCUMENTACION
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